No había que hacer autopsia.
la causa de la muerte habían sido las emanaciones del cianuro activado en la cubeta por algún ácido de fotografía
Ante una reticencia del comisario, lo paró con una estocada típica de su modo de ser:
el certificado de defunción
su rubor fácil y su dicción andina
cayó en la cuenta de que
un infortunio de amores
Algo cambió entonces en los hábitos de su voz
Luego habló con el comisario como lo hubiera hecho con un subalterno.
Le ordenó que sortearan todas las instancias para que el entierro se hiciera esa misma tarde y con el mayor sigilo.
era de una austeridad primitiva,
sabía que el rigor cívico del maestro exasperaba hasta a sus amigos más próximos,
estaba sorprendido por la facilidad con que saltaba por encima de los trámites legales para apresurar el entierro.
A lo único que no accedió fue a hablar con el arzobispo para que Jeremiah de Saint-Amour fuera sepultado en tierra sagrada.
El comisario, disgustado con su propia impertinencia, trató de excusarse.
Remotas, al otro lado de la ciudad colonial, se escucharon las campanas de la catedral llamando a la misa mayor.
los lentes de media luna con montura de oro
consultó el relojito de la leontina
la misa de Pentecostés 圣灵降临节的弥撒
el telón de un crepúsculo marino pintado con pinturas artesanales,幕布上画着"黄昏的大海",是工艺匠的手笔。
las paredes estaban tapizadas de retratos de niños en sus fechas memorables
El doctor Urbino había visto el recubrimiento paulatino de los muros, año tras año,
durante las cavilaciones absortas de las tardes de ajedrez
había pensado muchas veces con un palpito de desolación 他曾多次不无痛心地想到
el germen de la ciudad futura, gobernada y pervertida por aquellos niños inciertos
un tarro con varias cachimbas de lobo de mar 海狼牌烟斗的陶瓷罐
el tablero de ajedrez con una partida inconclusa
no resistió la tentación de estudiarla
aquella vez era evidente que iba a ser derrotado sin salvación en cuatro jugadas más
Si hubiera sido un crimen, aquí habría una buena pista
componer esta emboscada maestra.
No hubiera podido vivir sin averiguar más tarde por qué aquel soldado indómito, acostumbrado a batirse hasta la última sangre, había dejado sin terminar la guerra final de su vida.