El Resumen del Autor:
Qian Zuoyang, nombre original Qian Yi. Novelista, poeta, guionista, ha estudiado en Singapur, Japón, etc. Es miembro de la Asociación de Escritores de Shanghai, miembro de la Sociedad de Poesía de Shanghai, miembro de la Asociación de Comentaristas de Shanghai, miembro de la Sociedad de Literatura Musical de Shanghai, miembro de la Asociación de Música de China, etc. Ha estudiado en el Instituto de Comunicaciones del Ejército de Liberación y La Academia de Teatro de Shanghai. Ha servido como encargado ejecutivo en un hotel subordinado al ayuntamiento municipal. Anteriormente se dedicaba principalmente a la creación de poesías, óperas y dramas. Sus obras han participado en el festival artístico de CCTV. Ha sido uno de los 20 autores finalistas del ¨Himno de la Expo¨. Actualmente ya tiene varios poemarios publicados. Ha publicado novelas como ¨La metamorfosis¨, ¨La cara fea¨, ¨La mujer fatal¨,etc. Ha puesto en escena teatros como ¨¿Quién ha robado mi Corazón?¨,¨El labio del burro y la boca del caballo¨, ¨LaoYu compra pescado¨,¨Madre picante, madre dulce, madre amarga¨, etc. Ahora reside en Shanghai.
(TEXTO)
Parte I / 上部
1. REENCUENTRO / 重逢
Pensándolo bien, había sido todavía la idea de mi prometida Yin Zhu el venir yo esta vez a Estados Unidos por trabajo yendo de un sitio a otro.
La tarea asignada por la editorial sólo me había ocupado un día, y la mayoría del tiempo la había usado para hacer el turismo. Estados Unidos es un lugar libre, así son más sus periodistas. Ellos pueden estar tan haraposos destacando la dureza como bien trajeados enseñando la elegancia. En cambio, nosotros, esta gente quien había venido en trajes fuera de temporada, éramos extremadamente rígidos en el fondo. Hablando de este juego de traje mío, con motivo de ir al extranjero, ¡la entidad y la agencia de viajes habían pedido customizarse 20 juegos a una compañía de ropa! La cuestión clave está en estos dos caracteres ¨DING ZHI (la customización)¨. No le hacía falta tomar medidas a tu altura, cuerpo, y confeccionaron una partida como para terminar una tarea. Además, nuestras camisas, corbatas y cinturones todos los decidió el jefe. Los caballeros nos habíamos puesto uniformemente corbata roja. Era obviamente paletísima, pero el jefe dijo que aquélla representaría algo jubiloso. ¿Tú dime si es deprimente o no?
Esta gran habitación donde yo vivía estaba en la 4ª planta de este hotel. El no. en la tarjeta de habitación era 2046. Esto me recordaba aquella película ¨2046¨ de Wong Kar-wai. Al anochecer, todas las escaleras, pasillos y ascensores de aquí se extendían como un caleidoscopio, muy similar al ambiente en esa película: retro, excéntrico, refinado, y llevaba también un poco de gusto decadente. Realmente todavía había otro hombre quien compartía habitación conmigo. Él hacía visitas junto con todo el mundo de día, no decía ni una palabra. Pero al llegar las noches, mejor dicho después de cenar, este caballero se convertía como si fuera otro, no volvía durante toda la noche. Él decía que se iba a acompañar a familiares lejanos que vivían aquí. Pero según esta conducta suya de que siempre tenía que gastar mucho tiempo para ponerse guapo y perfumarse antes de marchar, parecía más bien que iba a reunirse con alguna mujer.
En las noches de este hotel, siempre habían mujeres en Qipao que entraban en mis sueños cada noche. Parecían nubes, nieblas y vientos, iguales que aquellas mujeres encantadoras que salen en la película ¨2046¨.
Había recaído en las hemorroides al día siguiente de llegar a Estados Unidos . Para ir a la compañía Microsoft aquella mañana, estaba sentado en este wáter del lujoso hotel de 5 estrellas, ¡deshaciéndome en suspiros mientras miraba abajo una tina de agua con sangre! Había abajo un autobús que me apresuraba cada 5 minutos. Lo catastrófico era cuanto más urgían peor me salía. ¡Después tenía mi parte abajo chorreando de sangre y el ano reventado!
Menos mal, luego no salía la silueta de Bill Gates en las fotos sacadas y traídas por los demás, pues así me he podido consolar un poquito.
Mi Yin Zhu me había encargado dos cosas antes de partir: Una era traer un tapiz de lana, hecho en Brasil. Sería ideal para decorar nuestra futura casa matrimonial. Dos era traerle un par de sacaleches. Esto parecía realmente dos tests de inteligencia que me había hecho YinZhu: me había examinado no sólo el coeficiente intelectual (CI) sino también la inteligencia emocional (IE). Así que, nada más pisar la tierra de EE.UU., mi cerebro ya había estado atiborrado por estos dos objetos molestos.
El entusiasmo de todo el mundo había llegado a la cumbre al llegar a Los Angeles. Porque el famoso Hollywood estaba cerca. Pero nuestro autobús no quería parar en todo rato. Aquel vehículo corría de acá para allá a lo largo de la avenida de las estrellas como si estuviera cargado de una pandilla de fugitivos. Pues estaba perplejo, y fui corriendo para preguntar a la guía.
-¿Sabes? ¡He soñado aquí incluso!-
Todo esto lo sabemos. Dijo la guía.
-¿Y así todavía no paráis y dejarnos a besar esas gigantes huellas de pies de las estrellas?-
La guía dijo, - ¡aquí las cosas son caras! No merece la pena dejar que los guiris os peguen el palo.-
Luego empecé con los movimientos peligrosos en el autobús en marcha. Usaba un ojo para sacar fotos, y otro ojo para mantenerme el equilibrio. A mi enésima ida y vuelta, la manga de mi traje se desgarró por algún tirador del asiento accidentalmente. Todo el mundo, al ver surgir de repente la manga blanca de mi camisa, no sólo se complacían en mi desgracia, todavía se reían a escondidas girando su cabeza uno tras otro.
Esa guía era mi compañera de instituto, se llamaba Gao Jin. Era realmente cierto que la mujer experimentaba numerosos cambios cuando crecía, la compañera nada atractiva en esos años, ahora era tan erguida y graciosa como una estatua de jade, tenía un temperamento sobresaliente, y delante de ella, no podías evitar echarle unas miradas más.
Llegamos a Las Vegas de noche, la ciudad del juego, surgió en el horizonte un toque de dorado. Toda la gente del grupo estaba con sueño insuficiente, pero también parecían hiperactivos. Unos caballeros habían invitado a Gao Jin, dijeron que querían que ella les acompañara a dar una vuelta por la ciudad del juego, a cambio de una generosa propina extra. Gao Jin lo rechazó. Ella no estaba nada interesada del juego, en este punto era igual que yo. Ella sólo quería estar conmigo, dijo que quería hablar de los viejos tiempos.
Estábamos sentados en la parte trasera del autobús, los asientos de allí eran vacíos y amplios. Los sofás olían a un tipo de piel, que presentaba aún más la comodidad del hogar. Este punto era muy importante. Ese chófer de ascendencia india y contratado por la parte norteamericana, enchufó el aire amablemente al enterarse de que habíamos sido antiguos compañeros de clase en la época de la escuela secundaria, pero él mismo se bajó del coche para eludir la situación.
Gao Jin trajo hilo y aguja, dijo que quería ayudarme a coser esa manga de traje descosida. Estaba un poco dudoso, primero la veía con una mirada escéptica. Y ella, sin decir nada, arrebató la ropa de entre mis brazos directamente.
La Gao Jin ya casada, seguía teniendo un carácter tan activo y alegre, no tenía pelos en la lengua. Preguntó: -¿Qué te ha pasado?, todavía no te casas, mi hijos ya tienen 8 años.- Encendió el móvil para enseñarme su foto de familia mientras cosía. En la foto habían cuatro personas. Dos mayores, dos niños. Sin embargo, sólo Gao Jin tenía una cara asiática. Hablando con tapujos, se me iba acumulando gradualmente un poco de gargajo en la garganta. Había chachareado algo de carrera,etc., para responder evasivamente el motivo de casarme tarde. En los tiempos del instituto. En el período de la escuela secundaria, era definitivamente un chaval guapo en la clase, sacaba también unas notas sobresalientes. En aquellos tiempos, muchas compañeras de la clase me habían mostrado su adoración, me acordaba de que, Gao Jin era una de ellas. Pues iniciamos nuestro tema de conversación desde esa carta de amor que me había escrito en su momento.
- Por entonces te había escrito una carta, ¿ por qué no has contestado?- Se bajaba la velocidad de coser la ropa mientras preguntaba.
- Los estudios eran lo primero. - Me tragué el gargajo de la garganta, y seguía haciéndome sublime.
- Excusa, todo el mundo estaba estudiando. - Me replicó.
- Pensaba que seguramente estabas de broma, entonces tampoco pasaría nada sin contestarte. - Había mentido otra vez.
- ¡Disparates! Habías contestado la carta de Xiao LiLi, ¡ella nos la enseñó y todo!- Esta vez ella me desmintió directamente. En ese momento, Xiao LiLi era comisaria de literatura y arte en nuestra clase, muy acogida por los chicos. Al ver me callado, Gao Jin venía a empujarme con las manos, para que contestara cómo había estado pensando en aquel entonces.
La luz dentro del coche se iba oscureciendo aún más, su par de pupilas estaban a una distancia no muy lejana de mí como si fueran ojos de gato, lejos y cerca alternativamente. Poco después, terminó de coser las mangas, rompió el hilo con los dientes, y me dio el traje. Cuando me lo puse otra vez, ella dijo que me daría 5 minutos para pensar para publicar después mis pensamientos verdaderos en esos años.
Quería reírme un poco por dentro viendo su gesto de inventar líos de la nada. En ese instante, ella sacó otra vez una cosa de la mochila - ¿ Sacaleches?- Exclamé, y lo cogí enseguida. Lo embarazoso para mí era que en el diseño del embalaje estaba el pecho de una mujer. Empecé a percibir un hálito del jabón Doven que se extendía de su cuerpo.
-¿Porque era fea?- Por fin soltó lo que quería preguntar al erguirse el pecho. Y en cambio, me di cuenta de que aquel pecho elevado de ella estaba a una distancia de sólo un puño de mi brazo. Efectivamente, la Gao Jin de entonces estaba pálida y flaca, realmente no se podía comparar con la de ahora. ¿Pero por qué había tanta diferencia entre las dos? No podía razonar enseguida.
- Según mi investigación, había en total 9 compañeras de la clase que te habían escrito cartas de ese tipo, sin embargo, sólo habías contestado a una de ellas, y esa persona era Xiao LiLi, ¿sí o no? - , dijo ella.
Me había enterado de que el marido actual de Gao Jin era un alemán, incluso era bastante rico. La mayoría de sus operaciones turísticas la gestionaba su marido por detrás. He mirado de paso el precio de ese sacabuches, ¡ inesperadamente era una cifra sorprendente! Gao Jin seguramente percibió mis pensamientos, y dijo,- esa cifra es un poco exagerado, no lo creas demasiado. - y con un boli, corrigió y tachó un poco en ese recibo, cambiando la cifra por otra. En el entretanto mi brazo había tocado casualmente su cintura y cadera varias veces, y ella ya había dejado de esquivarse.
- ¿Se te ha curado la hemorroide?- De repente, otra vez me había hecho una pregunta muy inconfesable.
Me quedé un tiempo embarazoso, y le hice una interrogación retórica: - ¿Tú por qué sabes?- Ella se rió diciendo: - De cada diez hombres hay nueve tiene hemorroide, lo debo de saber. - Mientras tanto, sacó de su bolso una caja de pomada refinamente envasada y me la pasó, - La otra vez cuando fuimos a Microsoft, todo el mundo en el bus te estaba esperando abajo, no bajaste. ¿Todavía te atreves a decirme que ha sido por dolor de barriga?-
Dicho esto, se puso a reír con las manos sosteniendo la cara: - ¿Hace falta medio día para hacer caga?-
Al escucharlo, empecé a reírme involuntariamente. Mis risas eran puramente tontas.
Al ver que mi mirada, o se desplazaba encima de ella, o se perdía observando esa cajita, ella me golpeó la mano ligeramente con la suya, como una información: - Esta pomada es alemana, mi chico también la usa, tiene muy buen efecto.- Me aterrorizó un poco, entonces ya entendí, su marido también tenía la misma hemorroide como yo. ¿Qué más podía decir? Después, habíamos cambiado de asiento. Ella se había sentado en mi siento, y yo en el suyo. Yo sentía mucho calor en el sitio donde ella se había sentado, un bochorno se estaba subiendo. ¡Presumía que en este momento mi asiento de antes también debería de estar quemando!
Menos mal, enseguida cambié de tema. - Mira, menos mal no te he respondido a tiempo la carta, mira qué bien vives ahora, casada con un guiri, también tienes pasta, para ti salir al extranjero es como visitar a los vecinos. - Inesperadamente,nada más terminar mi palabra, la sonrisa en su cara desapareció, esa cara se escondió enseguida en una sombra.
Ella dijo: - Se puede pasar muchas cosas estando casada con un guiri. Por ejemplo, es como este conjunto de ropa que llevo, entallado o no, depende de los comentarios que da la gente ajena, cómodo o no, sólo lo sabe una misma. - Al terminar esta palabra, sin esperar mi reacción, volvió al tema anterior rápidamente, - En aquel entonces, ¿sabes cómo te llamábamos?-
Me hacía el tonto moviendo la cabeza. - ¡El lobo del norte! - se irguió el pecho diciendo.
- ¿Pero yo no soy del norte? - Estaba confuso.
Ella me explicó, - te pareces mucho a gente de allí. Eres generoso, perteneces a la enorme planicie. ¿Sabes? ¡Te pareces sobre todo a un cantante! -
Evocando a mí mismo en su momento, tenía pelo largo, de apariencia fría, mis gestos se parecían precisamente a ese cínico cantante taiwanés Qi Qin.
Charlando de un incendio de aula sucedido en esos tiempos de graduación, de repente, ella me enseñó la cicatriz que se había dejado en su cuello. Aparté un mechón de pelo suyo siguiendo sus dedos y vi esa cicatriz todavía tan nítida y obvia, ¡se me estremeció el corazón sin querer! Porque ese fuego en el aula de esa vez fue encendido justamente por descuido de nosotros, unos alumnos que fumábamos. Toqué sin querer su pecho cuando ella me cogió la mano para tocar esa cicatriz. Estaba un poco desconcertado, pero ella dijo que no pasaba nada, y otra vez se empezó a burlar de mí: - Bueno Guan Wang, ¿a qué te pones tan colorado? ¡Antes tú no eras así de tímido! -
Esta palabra parecía cierto estímulo para mí. En este asiento tan estrecho, me quedaba rodeado de cierto hálito concupiscente de alrededor. En eso, el chófer hindú, tosiendo, volvió a subirse al bus, esto es cierto tipo de insinuación. Aquella gente quien no quería jugar dinero también apareció alrededor del coche. Yo sabía que en ese momento tenía la cara como una manzana roja. La gente nos miraba curiosamente, queriendo leer cierto contenido desde nuestros gestos innaturales. Jin Gao bajó primero del autobús cohibidamente. Y después, ella encontró dos botellas de ¨LA FUENTE NONGFU¨ (una marca china de agua mineral) al lado de las maletas y me lanzó una como si lanzara una granada de mano. La cogí, pero no bebí. Veía a ella acabando de cabo a rabo con una botella entera de agua. Su acción de beber agua era bastante refinada: Con el brazo en alto y el cuello hacia atrás. Así se fue corriendo esa botella de ¨FUENTE¨ a su corazón siguiendo esa curva encantadora de su cuerpo. No obstante, esa ¨FUENTE¨ llegó a mojar una gran parte de su ropa cuando fluía rápidamente hacia abajo, lo cual había destacado aún más la silueta de su busto.
Mientras estaba alterado y caprichoso por su comportamiento y modales, se corría la voz desde el Tour de que algunos se habían perdido.
Gao Jin estaba preguntando por la situación con el walkie-walkie. Poco después, unos policías con distintos tonos de piel acudieron en la patrulla, y la explicaron la verdad: Resultó que de entre los miembros de la delegación habían dos mujeres que discutieron con otros cuando jugaban en el ¨Atlantic City¨, y ¡habían sido secuestradas! El no poder irse a la hora estipulada, definitivamente afectaría las siguientes actividades. Esto es el mayor tabú para viajar. Efectivamente, pronto algunos miembros ya empezaron a gritar, - ¿cuándo nos vamos de este maldito sitio? -, - ¡Vamos al parque de Yellowstone, vamos a Las Montañas Rocosas! - Pero menos mal, el esposo de Gao Jin no sólo tenía enchufe en las embajadas, sino también tenía contactos muy profundos en CIA (La Agencia Central de Inteligencia) y FBI (El Buró Federal de Investigaciones). Gao Jin no tardó mucho en encontrar a esas dos mujeres ricas que habían sufrido el ¨secuestro¨, y las rescató.
Traductora: Yu Li (Mónica Li)
Resumen:
Mujer, nacida en Shanghai en 1986, máster de comercio internacional y literatura de la Universidad de Alicante de España. Ha estado viviendo en España y Occidente durante 7 años. Se dedica a la presentación y el intercambio cultural en el ámbito internacional.