《昙花》Parte I / 17.季慧去医院查了什么 ¿Qué Chequeo Se Había Hecho Ji Hui En El Hospital?
El despacho de nuestro periódico parecía un poco como un lobby de hotel. Subiendo a la segunda planta, estaban trabajando colectivamente allí una treintena de personas, ¡en los momentos de plena animación no estaba nada menos bullicioso que las cajas de un supermercado! Pero por ahora mucha gente de aquí se había mandado para salir a buscar pistas, y sus asientos estaban libres. El caso de Chen Yunchang y el tema de Ji Hui habían constituido la principal tarea de nuestra cuadrilla de periodistas por los cuales estábamos correteando. Nuestras emociones también se estaban afectando entre sí. Al ver una capa gruesa de polvo en cada una de las mesas, el editor jefe Wang Yu permanecía sonriente detrás de la ventana de cristal de ese gran despacho suyo. Sólo él podía observar nuestra situación en la que no teníamos ni tiempo para beber agua, afanándonos sin ton ni son todos los días fuera.
Wei Hui, espléndidamente ataviada, vino otra vez a visitarme. No tenía ningún remedio ya que teníamos relaciones laborales. Las dudas que insistía en preguntar, además del reciente estreno del ¨Gran Foro del Oriente¨, era también esa pregunta que siempre había estado eludiendo: indagar la situación de las amantes de Chen Yunchang. Ella dijo que quería escribir una nueva novela que causaría sensación.
Al verme toreando siempre con ella, esta vez hablaba ella con doble sentido, mencionó una vez más mi pasada cita con Gao Jin, ¡Vaya intención más mala!
- Wang Guan, ¿¡bastante colorida es tu vida privada y cuántas historias,eh?! ¿Qué hacemos?, directamente escribe tú un tomo II de La Vida Disoluta en Xihai ya está.-
- ¡Qué va, qué va! ¿Qué nivel voy a tener yo para eso? Si soy un padre erudito nada más.- Lo dije en plan humilde.
- ¡Pero yo te veo capaz! Gallardo y gentil, ¡no paras de recoger flores!¡¿La verdad que no se te nota,eh!?-
Esta bruja, te podía hacer muy intranquilo cuando actuaba de mala fe.
-Wei Hui, déjame libre, ahora sólo pienso en el trabajo para ganarme la vida.-
-Con la excusa del trabajo, tampoco te has olvidado de divertirte, ¿quién era aquella señora de la otra vez? ¿Por qué no me suena?- Wei Hui volvió a la carga. Yo estaba preparado para lo peor,que era que esa mujer contara mi cita con Gao Jin a Wang Yu y a mis colegas. Aunque ella no tenía muy buena fama, más Wang Yu me apreciaba últimamente bastante, la gente no podría apoyar mi difamación.
Expliqué diciendo - Esa era mi compañera de instituto, fui invitado por ella quien compró los billetes, ¡cómo voy a permitirme el lujo de comprar billetes tan caros!- Wei Hui me interrumpió -¿Quién necesita tus explicaciones?¡Mira lo nervioso que te pones!-
Entonces propuso otra sugerencia, dijo que quería quedar conmigo para viajar a Xihai. Mientras hablaba empezó a expresar lirismo frente a mí: ¡Cuán sagrado y misterioso es Xihai! Vale mucha pena visitarlo para los literatos. Dije que no podía hacer esa escapatoria.
Ella dijo, esto es puramente un viaje privado, los billetes de avión irían a su costa. Además ella me daría un pago extra por mi esfuerzo. Yo no dudaba sus promesas, la cuestión no residía en si conseguiría inventarme un pretexto o no para ir a Xihai, sino si yo tendría ese pretexto para viajar allí con la escritora de mala reputación en el círculo literario: Wei Hui.
Ahora cada vez que venía a buscarme en la oficina, Wei Hui siempre me añadía forzadamente también un bote de ¨Té Longjing¨, o un bolso de regalo de ¨Café Nestlé¨. Estaba consciente de que eran también cosas que le regalaron.
Wei Hui era una mujer muy capaz de crear cuestiones, su literatura había crecido en la misma proporción en que se habían multiplicado sus historietas románticas. Según decían, en cada uno de sus libros siempre había gran cantidad de descripciones de sexo, algunas eran el reflejo de sus propias relaciones con sus numerosos novios. Se ligaba con los extranjeros de todas las edades, encima estaba orgullosa por ello. Ese raro Henry de la otra vez era sólo uno de sus tantos novios. Una pila de sus fotos indecentes se difundieron también en la sociedad. Físicamente hablando, su enorme trasero y oscuras ojeras tenían que ver con la frecuente vida nocturna. Igual que su descripción de la universitaria Yan Qiong en la novela Donghai Baby. Los pezones negros de Yan Qiong, así como sus libertinos labios negros y grandes resultaban muy atractivos para los hombres occidentales. Ella comentó en público que acostarse es parte de escribir libros. Una cama era la conversión de una pluma. En la novela, la ambición de Yan Qiong, de ser una modelo, se realizó a través de las varias veces de acostarse ella con los extranjeros. ¡Eran muy polémicos los escritos de Wei Hui! Tampoco estaba mal así, ya que si no hubieran polémicas ella perdería más atención de la gente.
Por casualidad, cada vez que estaba con Wei Hui, ¡siempre me llamaba Yinzhu! ¿Cómo lo podía saber ella? Siempre había sido un misterio. Y luego se lo dije francamente que la escritora Wei Hui estaba a mi lado hablando de trabajo, entonces Yinzhu contestó ¨Oh,oh¨ y me advirtió diciendo: Intenta no comer tanto fuera con la gente, ahora es el momento de proliferar las bacterias y virus, hay que fortalecer tu propia inmunidad. Por dentro yo quería decir, no podría ser más exacta la analogía de Wei Hui como un virus.
Estos días Wei Hui vino corriendo otra vez a nuestro periódico para contarnos materiales explosivos, ella comentó: JI Hui en total había ido dos veces al Hospital General de Región Militar. En la segunda vez fue para examinar su nariz, después fue también al Departamento de Hepatobiliar, parecía que tenía un bulto en el hígado, le atendió un experto con apellido Qian.
Al verme parado allí después de escuchar la noticia, Wei Hui se me acercó y sacudió un poco su mano ante mis ojos, para recuperarme la atención.
En esa parcela de uso personal ¨La Librería de Ji Hui¨, ella la labraba con cada vez mayor entusiasmo. Algunos ajenos venían a ¨fertilizar¨ y ¨regar¨, y también flirtear con ella. Hoy día todas las escritoras se están degenerando en celebridades, formando parte del foco de los casos. Aparte de sus textos, su forma de vestirse y acicalarse también es una faceta llamativa para los lectores.
La materia de Ji Hui de veras me había salvado desde el principio. Sino el director me habría asignado otra vez para investigar sobre ese tema de HIV que era propenso a comprometerme. Mirando algunas fotos relativas a los pacientes de ¨HIV¨ obtenidas por los novatos periodistas becarios del periódico, eran de verdad venenosas. Los cuerpos ulcerados, los espíritus torcidos en esa pila de fotos nos hacían tanto compasivos como estremecidos de pavor. ¡El editor jefe Wang llevaba incluso unos guantes blancos a la hora de mirar esas fotos! Parecía como si estuviera investigando un caso criminal. Estaba pensando, si las imágenes humanas en aquellas fotos, junto a los virus en sus cuerpos, podrían volar como si tuvieran alas, y terminarían contaminando nuestra vida normal, arrastrándonos a las tumbas y acabarnos junto con ellas?
De todos modos, parecía tener cierto ¨privilegio¨ en cuanto a esta materia sobre Ji Hui, nadie podía quitármela. Últimamente había ideado un plan que era aprovechando esta oportunidad de ¨la materia de Ji Hui¨ para expresar mis talentos a tope, así conseguiría que me mirasen con nuevos ojos y procuraría también algún mérito. De ser así, podría trasladarme a la tercera planta donde estaba el despacho del editor jefe a ¨dar órdenes¨.
Después de regresar desde U.S.A, por tener cansancio, recaí en la enfermedad de las hemorroides. Así que aproveché la ocasión de acudir a ese hospital militar, uno era para que me receten medicamentos para hemorroides, de paso me había aclarado también el motivo por el que Ji Hui fue una vez más al hospital.
El resultado indicaba que a Ji Hui se le había diagnosticado algo en el hígado. Enseguida me enteré de que ese experto quien atendió a Ji Hui era el académico Qian Gufeng.
El voluminoso texto La Vida Disoluta En Xihai había llevado tres semanas sucesivamente ocupando el primer puesto en el ránking de bestsellers, hecho que había emocionado tanto a su editorial. Por otro lado, se percibía una permanente sensación de impotencia en la investigación criminal del caso de Ji Hui. En los siguientes tres días, había estado publicando consecutivamente más informaciones sobre el contenido de esta novela erótica, como si cada libro vendido me pudiese beneficiar directamente.
También fueron conociendo los compañeros del periódico que aquella bellísima escritora que vendía tan bien sus libros había sido mi ex novia.
Pero la mirada que me lanzaba cada uno de ellos era evidentemente distinta, hasta era pasmada y desdeñosa. Ellos pensarían a lo mejor: Siendo una oficial tan guapa y hábil, ¿cómo había podido echar el ojo a un hombre tan metódico y torpe como yo antes?